La impresión 3D de alimentos no es algo nuevo. Se inició hace años por la NASA para nutrir a los astronautas que salían al espacio. En la Tierra, esta tecnología tiene aplicaciones diversas, entre ellas, la de personalizar alimentos e incluir en ellos moléculas funcionales. «Se pueden crear productos más innovadores con nuevos perfiles de sabor o nuevas funcionalidades para mejorar la salud de las personas» explica Omanxus, que ha creado PIZZXUL, la primera pizza impresa en 3D con efectos probióticos. Omanxus lleva varios años en el mercado creando soluciones a partir de la aplicación de tecnologías punteras. Esta es su primera incursión en la alimentación a través de la impresión 3D. «Este nuevo producto presenta importantes beneficios para la salud de las personas, actuando sobre el microbioma intestinal» explican. Los investigadores, liderados por Xulio César González Álvarez, consiguieron demostrar los efectos probióticos del alimento impreso midiendo la supervivencia de las bacterias del género lactobacillus después de una digestión simulada y del paso por un intestino artificial.El proyecto ha sido cofinanciado por el ICEX, a través del programa INVEST IN SPAIN y apoyado por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).